Las aves de presa tienen un instinto natural para conservar la energía siempre que sea posible. Durante un vuelo, un pájaro consumirá más energía que si estuviera posado en un árbol, esto significa que tiene que comer para reemplazar la energía utilizada. A veces las aves viajarán largas distancias para encontrar comida. Para ahorrar energía mientras vuelan, las aves utilizan las corrientes ascendentes. Las térmicas y/o corrientes ascendentes están por el calentamiento del sol sobre el terreno, y el terreno calienta por contacto la masa de aire, que al volverse mas ligera asciende, estas corrientes son más fuertes durante las horas de mayor insolación. Las aves pueden ganar altura y viajar largas distancias sin batir las alas con las térmicas. Los parapentes también utilizan las térmicas cuando están volando y los pájaros son siempre una buena referencia para localizar un foco térmico. Nuestros pájaros entrenados no son diferentes, van a encontrar las térmicas con el fin de permanecer en el aire y conservar la energía mientras volaba. Nosotros, como parapentes aprovechamos su capacidad para conservar la energía en pos de ellas mientras volamos.
Nuestras aves deben ser recompensadas por guiarnos en las térmicas. Durante el vuelo, el pasajero deberá colocar pequeños trozos de carne en su mano enguantada, los pájaros vienen y suavemente se posan en la mano para coger la comida, y luego con gracia despegan de nuevo para encontrar la siguiente térmica. Una relación simbiótica perfecta.