Te lo ponemos fácil.
Dudas en vuelo
El parapente es la forma de volar más sencilla y accesible que hay. Sin embargo, a pesar de que está hecho de nailon, las homologaciones nos aseguran una muy alta resistencia, seguridad y longevidad.
Sí, todos nuestros pasajeros y alumnos están cubiertos por nuestro seguro privado. Garantizando así la asistencia a todos nuestros clientes.
Es un vuelo en Parapente homologado para 2 personas, y consiste en volar con un Instructor Cualificado, para ello con el objetivo hacer un paseo con el pasajero durante un tiempo limitado.
Cualquier persona siempre y cuando su estado de forma lo permita. Físicamente es poco exigente. Hemos volado con personas de entre 7 años y 80 años.
El Parapente, a diferencia del paracaidismo, busca sostenerse en el aire mediante las corrientes de aire y térmicas y recorrer distancias importantes. El paracaidismo, en cambio, busca caer en caída libre, y utiliza el paracaídas para llegar al suelo de forma controlada.
Si. Lo es. Ademas referirse a saltar o tirarse en parapente es incorrecto. No hay caída, se realiza un despegue y o aterrizaje
Siempre y cuando la meteorología lo permita, sí. Así que no hay excusa.
El curso que necesitas es el curso de iniciación. En él aprenderás todo lo necesario para realizar tus primeros vuelos solo/a. Con este curso tendrás la titulación y conocimientos básicos que necesita cualquier piloto para volar.
Siempre tienes la opción de realizar un curso de 1 o 2 días para ver si el parapente es lo tuyo. Si después quisieras continuar y hacer el curso completo de 5 dias, solo tendrías que abonar la parte proporcional hasta el precio del curso completo.
Será necesario que lleves botas de trekking de caña alta, pantalón largo y forro polar o jersey, camiseta de manga larga, un chubasquero o cortavientos y es recomendable llevar gafas de sol y crema solar. En parapente biplaza se te proporcionara un mono de vuelo si fuer necesario.
Por supuesto que puedes usarlo, y tendrás un 15% de descuento en el precio del curso. (Excepto en curso de XC y guiados de distancia)
Por regla general no se experimenta sensación de vértigo aunque la persona lo sufra. Y es que con el parapente nos faltan referencias espaciales para que pueda surgir esa sensación de vértigo. Tenemos amigos que lo pasan mal al subirse a una escalera pero volando no tienen ningún problema.
Siempre el tiempo de vuelo les parece más corto de lo que realmente ha sido, los momentos intensos y agradables se hacen cortos. Esto es valido para los primeros vuelos ya sean en parapente biplaza o monoplaza.
El parapente, como cualquier aeronave, tiene un margen de vuelo: no se vuela con vientos fuertes (+ 30 km/h), ni con tormentas (posibilidad de vientos fuertes), pero tampoco con lluvia (no hay un peligro especial pero es desagradable). Pero no importa que haga frío o este nublado, aunque desde luego acompaña más un día soleado y más bien caluroso.
En parapente biplaza, siempre se va acompañado por el instructor, que es quien realiza todas las maniobras técnicas. Pero para el alumno que realiza un curso, es dirigido por radio desde el principio, hay un monitor en el despegue y otro en el aterrizaje, y en todo momento es controlado y dirigido en función de los vuelos que lleve.
Por supuesto. Al finalizar la compra podrás seleccionar dicha opción que te permitirá regalar la experiencia de parapente que prefieras.
Desde luego ¡no se salta a ningún cortado! Realmente se despega de una forma gradual y no traumática, los despegues son de hierba y de poca pendiente.
Siempre hay una mezcla de ganas y ansiedad.
En parapente biplaza, el instructor se encarga de todo, te explicará todo lo que va a pasar y la comunicación es constante.
Para el alumno que hace un curso, nos hemos estado preparando para este momento, con clases teóricas y prácticas. Vamos a poner en práctica todo lo que hemos aprendido, y es más bien una liberación, pues se acabó la pendiente escuela y subir azorado con el parapente al hombro. Todo pasa en un ambiente controlado con instructores en el despegue y en el aterrizaje.
Igual que en el despegue, el aterrizaje se produce con suavidad, pues aprovechamos toda la superficie del parapente para frenar, es cierto que si no hay nada de viento en aterrizaje, siempre queda un poco de velocidad residual pero no suele sobrepasar los 5 km/h.
Con las sillas actuales que utilizamos para volar son tan cómodas que conocemos algún piloto que cuando no vuela la tiene en su jardín para relajarse, en plan hamaca. Se puede hacer vuelos de muchas horas sin sentirse incómodos. Esto es valido tanto para parapente biplaza como monoplaza.
Con rotundidad NO! Los lugares de vuelo han de cumplir unos requisitos mínimos en cuanto a la orientación del despegue, el viento dominante, la dirección e intensidad del mismo, terreno adecuado para realizar la carrera de despegue, poder extender el parapente sin enredos, tener un aterrizaje dentro de la capacidad de planeo del parapente, no estar dentro de algún lugar restringido para la actividad. Además si hemos salido del curso recientemente lo aconsejable es volar en los sitios reconocidos y nunca solo.
No es común que ocurra, pasa lo mismo que en coche, si conducimos no nos mareamos pero si nos llevan tenemos muchas mas posibilidades. La inmensa mayoría no se marea, pero siempre hay gente más sensible que otras, es recomendable no beber, ni comer en exceso antes de volar, y descansar si se viene mareado del trayecto en coche. Si tienes mucha facilidad en marearte, díselo a tu instructor.
El parapente como aparato volador es de lo más sencillo y la sencillez va unida a la seguridad. Los accidentes, que los hay, son todos debidos a fallos humanos: subestimar las condiciones de vuelo, volar en condiciones no adecuadas al nivel de pilotaje del piloto, exceso de confianza, volar con parapentes no adecuados a nuestro nivel de pilotaje. El hecho de aprender en una escuela oficial reduce el riesgo, (¡en España no es obligatorio hacer ningún curso para volar en parapente!). Nosotros con los biplazas volamos por el placer del pasajero pero somos los primeros en anular el vuelo si no reúne unos márgenes mínimos de seguridad (siempre en función de las condiciones meteorológicas).
Los parapentes están homologados por un organismo internacional, y lo primero que pasan es el test de estructura, si el fabricante parapente, dice que la carga máxima son 105 kg, en el test de estructura lo somete a casi 10 veces el peso máximo. Y si no se rompe, pasan a otro tipo de pruebas relacionadas con la calidad del vuelo (hay fabricantes que llevan hasta el límite el test de estructura, y los parapentes rompen entre los 1500kg de fuerza…y algunos más). De cualquier forma hay que escoger un parapente para el peso que va a llevar, aunque tienen horquilla de peso de unos 20 kg. En los parapentes biplaza la carga máxima en vuelo rondan los 220 kg y las pruebas de homologación de estructura muchas veces superan los 2000 kg de fuerza.
Contrariamente a lo que la mayor gente cree, no es cuando estamos mas altos, si no todo lo contrario.
Los momentos mas delicados son el despegue , el aterrizaje o volar muy cerca del relieve.
En la fase de despegue y o aterrizaje, muy a menudo el parapente se pilota en un régimen bajo de velocidad, volviéndolo lento de reacción y con riesgo de que deje de volar, si ante cualquier imprevisto, reducimos la velocidad por debajo de la velocidad mínima.
Volar muy cerca del relieve puede ser muy emocionante, pero un pequeño descuido puede provocar que nos encontremos en nuestra trayectoria con arboles, rocas o simplemente el suelo.
Claro que si, tendremos los conceptos más frescos y aprovecharemos mejor el tiempo, ¡además hay descuento!
Si, tanto para el piloto como sobre todo para el pasajero, por que no hay que correr, solo dejarse deslizar.
El nivel de esquí necesario es mínimo.
Aunque por parte del piloto requiere una buena preparación del material, ya que la movilidad con los esquís, una vez atado es mínima.
Contrariamente a lo que la mayor gente cree, no es cuando estamos mas altos, si no todo lo contrario.
Los momentos mas delicados son el despegue , el aterrizaje o volar muy cerca del relieve.
En la fase de despegue y o aterrizaje, muy a menudo el parapente se pilota en un régimen bajo de velocidad, volviéndolo lento de reacción y con riesgo de que deje de volar, si ante cualquier imprevisto, reducimos la velocidad por debajo de la velocidad mínima.
Volar muy cerca del relieve puede ser muy emocionante, pero un pequeño descuido puede provocar que nos encontremos en nuestra trayectoria con arboles, rocas o simplemente el suelo.
Si, tanto en parapente biplaza como en parapente mono plaza.
El aterrizaje se realiza a una velocidad un poco mas alta, pero la energía se disipa con el deslizamiento en la nieve.